jueves, 30 de julio de 2009

Wimpi - El gusano loco

Hace mucho tiempo, un amigo me prestó un libro pequeño, con las hojas ya amarillas.
El autor fue un narrador y hombre de radio uruguayo, y fue famoso por estas tierras entre 1946 y 1956, año en el que murió.

El libro se llama El gusano loco, y recopilaba algunas charlas que el tipo daba por radio. Algunos mas viejos que yo, que dicen haberlo escuchado, dicen que tenia un estilo similar al de Alejandro Dolina.

Leyéndolo no me extrañaría enterarme que Alejandro haya disfrutado de sus páginas tanto como yo. Pero no se entienda esto como una velada acusación de plagio a Dolina. Por el contrario, yo creo que Dolina podría haber tomado algunas cosas de Wimpi, pero le ha dotado a sus charlas y escritos su propia y original impronta.

Durante años, cada vez que podia recorrer las librerias de usados de la calle Corrientes busqué ese libro infructuosamente y finalmente lo conseguí un dia en una librería de usados... de Avenida de Mayo.

Les transcribo a continuación el primer relato del libro, el que le da nombre, y otro que me resultó muy gracioso llamado Función política y cultural de la rata

El gusano loco

Había una vez, hace mil millones de años, una colonia de gusanos cuyos individuos estaban adaptados a su medio en tal forma que podían considerar asegurados su mantenimiento y su conservación.

La adaptación, empero, no bastó para auspiciar mejoramiento alguno en las formas de vida. La adaptación constituyó un criterio tendiente a garantizar una utilidad y un reparo. La evolución, antes bien —“inestabilidad creadora"— fue el criterio que inauguró la libertad sobre la tierra; que permitió avanzar al pequeño latido elemental de la primera vida, a través de una espesura de monstruos, para que viniera a cobijarse en el corazón que ahora lleva en su pecho la
Criatura del Destino.

Aferrados al medio, los adaptados fueron quedando atrás. Por fortuna, en aquella colonia reptante apareció un gusano rebelde.

Se sintió incómodo en el sitio que a los otros les satisfacía, y se apartó de ellos.

Sin duda habría querido que lo siguieran. Pero lo dejaron solo. Era el gusano
loco.

De él —fundador de la libertad sobre la tierra— se valió la Naturaleza para culminar su obra en la gracia del sentimiento y en el milagro de la idea.

¡Loor al gusano loco!

Como la rosa está, ya, dentro de la semilla, dentro de él se preparaba una aurora de Franciscos, de Leonardos, de Galileos y de Colones



Función política y cultural de la rata

Si se le llama agradecido al que todavía espera algo más, es porque implícitamente se admite que, cuando al tipo ya no le hace falta una cosa, la considera innecesaria, pese a la necesidad que de ella pueden tener en ese momento los demás, o en otro momento cualquiera, el tipo mismo.

Sin embargo, todo cuanto existe en el mundo es necesario. Todo está hecho con vista a un fin.

Todo tiene su razón de ser.

Jacques Henri Bernardin de Saint-Pierre —autor de "Voyage a l'Ille-de-France", "L'Arcadie", "Essai sur les journaux", "La mort de Socrate"—, amigo de mademoiselle Lespinasse y de madame Necker y de Napoleón, el intendente del Jardín Botánico de París, exagerando los propósitos de François de la Motte Fenelón en su "Demostration de l'existence de Dieu", escribió sus "Etudes de la Nature", desarrollados en "Voeux d'urr solitaire pour servir de suite aux études de la Nature".

Y dice —en estas últimas obras— que hay, incluso, una razón para que las mujeres tengan las caderas1 más voluminosas que los hombres. La Naturaleza le asignó a la mujer, entre otros quehaceres, el de llevar a su niño en brazos. El niño, llevado en brazos, le pesa, a ella, adelante, tendiendo, desde luego, a inclinarla. De ahí que la Naturaleza le haya otorgado a la mujer el don de un contrapeso en la parte posterior, para restablecerle el equilibrio.

Todo está hecho con un fin preconcebido.

Bernardino de Saint-Pierre se explica la sorpresa de muchos ante el hecho de que la vaca tenga cuatro mamas, pese a que no suele alumbrar más de un ternero por vez —dos, acaso, cuando se trata de vacas muy bambolleras—, en tanto que la cerda, que en ocasiones alumbra hasta quince criaturas, tiene sólo doce mamas.

Parecería —admite el autor— que a la vaca le sobraran dos mamas y que a la cerda le faltaran tres. Pero, no. La Naturaleza ha dispuesto así las cosas porque dos de las mamas de la vaca están para que se las ordeñen con el fin de proveer a las lecherías de concurrencia humana y porque los hijos de la cerda es forzoso que abunden, aunque ella carezca de espacio para las
mamas necesarias, en tanto que hay que contemplar la demanda de las rotiserías.

Abreviando: la vaca dispone de cuatro mamas no obstante alumbrar, generalmente, un solo ternero, y la cerda tiene pentecaidecallizos2, magüer sólo contar con trece mamas, para que al tipo no le falten nunca ni su café con leche, ni su lechón.

Dice Saint-Pierre que las pulgas son negras para que resalten en la piel blanca y pueda la gente atraparlas sin mayores dificultades. Y dice que los melones ya vienen con los gajos marcados para que no haya discusiones cuando se comen en familia. Todo está bien como está.

Todo se necesita.

No ha de faltar quien, irónicamente, pregunte: —"¿Y los mosquitos? ¿Son necesarios?" ¡Claro que son necesarios! Si fue respetado el mosquito en la antigüedad por gentes sabias, se debió a que esas gentes sabias presentían lo que iba a aportar el mosquito a esta era industrial.

¡El mosquito fué cantado por Publio Virgilio Marón en "Las Geórgicas", la mejor de las obras del ilustre mantuano! Por aquella misma época, Meleagro de Gadara se había enamorado de Zenófila, y como no la podía encontrar a tiro, ¡mandó al mosquito, en confianza, a que la enterara de su cuita!3 Si no hubiese mosquitos, ¿de qué viviría la gente que hace mosquiteros, espirales y mosquiticidas?

Uno ya supone qué pensará, a esta altura, más de un desaprensivo: —"Esa gente podría ocuparse de otra cosa". Pero si los que viven de los mosquitos se ocuparan de otra cosa, ¿de qué se ocuparían los que se ocupan, ahora, de otra cosa, cuando se vieran desalojados de ella por los que en ella irían a ocuparse al quedar sin ocupación por la falta de mosquitos?

El tipo vive de sus plazas. ¿Innecesaria la mosca? ¡No! Ya Hornero había comparado el valor de Aquiles con el de la mosca4 —que por más que la manoteen, siempre vuelve a la carga. Luciano de Samosata había escrito, ya, su "Elogio a la Mosca"; Claudio Eliano de Preneste, en su "De natura animalium", ya había asegurado que la mosca tenía un alma inmortal; ¡y como si todo eso no bastara para configurarle un prestigio, hoy la mosca es la
primera colaboradora en los estudios de Genética!5

¿Innecesaria la lombriz? ¡Tampoco! Según las observaciones hechas
recientemente por los doctores Henry Hopp y Clarence S. Sláter —del Servicio
de Conservación del Suelo del Departamento de Agricultura de los Estados
Unidos—, la lombriz nutre la tierra, la afloja, la mantiene porosa, la abona con
una substancia que ella misma segrega. Es tan importante una lombriz como
un agricultor6.

Cierto día de 1822, navegando por las costas orientales de Groenlandia a bordo del "Baffin", el explorador inglés William Scoresby se asombró de la enorme cantidad de medusas que arrojaban las olas a la playa. Y dicen que por un momento consideró antieconómica, derrochona, a la Naturaleza. Sin duda, habrá pensado: —Toda esta materia prima de vida que la Naturaleza
desperdició en las medusas le podría haber servido para confeccionar seres más útiles: caballos, gallinas, motormén, langostinos, plomeros, referees, corvinas, doctores...

Tras reflexionar un poco, sin embargo, el explorador advirtió lo siguiente: las medusas les sirven de alimento a los arenques, de los arenques se mantienen las focas, y las focas constituyen el menú de los osos. Si no hubiese medusas, los arenques morirían de hambre. Y no habiendo arenques, ¿con qué comerían las focas? ¡Morirían de hambre las focas también! Pero ¿y los osos?7 Los osos no se resignan a morirse de hambre. ¡Invadirían las ciudades en busca de víveres!

Quedó todo aclarado: la Naturaleza hizo a las medusas para salvar a las ciudades de la invasión de los osos. Cabe aún admitir que surja quien inquiera: —"Pero ¿y la rata? ¿Para qué sirve la rata?" A causa de presentar muchas de sus reacciones vitales parecidas a las del tipo, la rata sirve para estudiar al propio tipo. Los sabios, entre otros abusos que cometen con ellas, ponen a una dieta pobre en sales y aminoácidos a ratas de cuatro semanas de edad, y,
observándolas, establecen las curvas del crecimiento.

En su obra "Problemas of Aging", Cowdey publica retratos de ratas taradas a causa de tales experiencias, que parten el alma. Además, le cupo a la rata una función histórica de incalculable trascendencia.

En la primavera de 1347 pasó por Constantinopla una peste procedente del Asia, y al año siguiente —1348 8—, tras asolar la Europa entera, llegó a Londres.

Según las estadísticas de que dispuso el Papa Clemente VI, murieron en aquella pandemia 42.836.486 de personas.

El mal se iniciaba con respiración agitada y estornudos. Y era tal el temor al contagio9, que cuando uno oía estornudar a otro se apartaba alarmado, pero no sin antes desearle, cristianamente, "salud". La costumbre de decirle "salud" al prójimo estornudante fue, pues, la primera consecuencia de aquella peste.

Como el pánico la precedía, se establecieron guardias en las puertas de las ciudades, para que, antes de dejar entrar a forastero alguno, lo retuvieran fuera del ejido cuarenta días, a fin de cerciorarse de que no tenía el mal.

La cuarentena es otra consecuencia. Mientras la peste azotó a Florencia, dijo Giovanni Bocaccio, que siete muchachas — Pampinea, Fiametta, Filomena, Emilia, Lauretta, Neifile y Elisa— y tres buenos mozos —Panfilo, Filostrato y Dioneo— se protegieron de la calamidad aislándose en un lejano palacio. Para entretenerse, contaron una historia por día cada uno durante diez días.

Recogiendo esas historias, Bocaccio compuso "El Decamerón", famosa colección de cien cuentos, que constituye la primera obra en la que el idioma italiano se eleva en la prosa a la jerarquía que ya obtuviera en la poesía merced al Dante y a Petrarca.

El Decamerón se le debe a la peste.

La impresión que tal epidemia ocasionara en aquella población de Europa, cuya cuarta parte había sucumbido, se tradujo en una extraña neurosis, llamada "manía de baile", que culminó, ya bien entrado el 400, en Estrasburgo.

Los atacados bailaban sin poder contenerse y contangiando sus desatinados movimientos a cuantos les miraban. Entretanto, desesperados, se encomendaban a San Vito. Hoy se sabe que ese "baile" es una especie de parálisis agitante —corea o mal de San Vito—, producida, posiblemente, por una encefalitis difusa. Pero en aquella época se ignoraban sus causas. Y como las gentes que lo bailaban tocaban, o hacían que les tocaran, una música estridente, de ritmo rápido —porque decían que con ella se les calmaba algo el desasosiego—, y como hubo, en el Sur, quienes sostuvieran que el mal del baile lo producía la picadura de la tarántula, por asociación se le llamó a aquella música preferida de los saltarines, tarantela.

La tarantela es otra consecuencia de la peste.

En Inglaterra la epidemia cobró caracteres de verdadera catástrofe. Fué donde le llamaron "muerte negra" (black death). Redujo la población de la isla de cuatro a dos millones de habitantes. Los resultados del terror fueron inmediatos. Se desvalorizó la tierra abandonada por los señores, que huían empavorecidos. Pasó la tierra a otros dueños.

Subieron los de abajo.

Las clases superiores, de origen normando, hablaban francés. Las inferiores, anglosajonas, el sajón, que, influido por el franconormando, produjo el inglés.

Al sobrevenir la decadencia de la aristocracia, empezó a ser utilizada la lengua de los otros. En 1362 aparece el inglés como idioma judicial10.

La difusión del inglés es otra consecuencia de la peste.

Por otra parte, los nuevos acaudalados dejaron el cultivo de la tierra para dedicarse a la cría del ganado, actividad de rendimiento más rápido que la agricultura, y, por consiguiente, indicada para unos días en que progresaba la tendencia de obtener provechos a corto plazo, ya que nadie sabía en qué momento iba a llegarle la "scomúniga".

Inglaterra se cambió de país agrícola en país pastoril. Eran necesarios otros mercados para colocar los productos de la ganadería que ahora sobraban; era necesario, consiguientemente, asegurarse el dominio de los mares para proteger esos mercados. Y así, la política insular —tan defendida y cimentada 50 años antes por Eduardo I— se fué transformando en política imperial.

El Imperio británico es otra de las consecuencias.

Y bien: en aquella época la gente creía que las pestes eran castigo del cielo. La gripe actual, a la que antiguamente se le llamaba "influenza", debía ese nombre a que se la consideraba una "influenza celestia" —influencia celeste. De manera que cuando se le preguntó a Guy de Chauliac a qué se había debido el flagelo, dijo que "a la conjunción de los tres planetas superiores: Saturno, Júpiter y Marte bajo el signo de Acuario".

Pero la peste —bubónica— fué esparcida por las ratas que iban repletas de pulgas xenopsyllas cheopis 11.

Luego: (a, el actual cumplido ante el semejante resfriado; (b, la cuarentena; (c, El Decamerón; (d, la difusión del inglés; (e, el Imperio Británico, se lo debemos a las ratas con pulgas.

Todo, siempre, fue necesario.


1 Por una razón de humanidad pone, uno, caderas. Saint-Pierre, puso nalgas — "fesse".
2 Del griego pentekáideka, quince, y de mielgo: del latín gemello, ablativo de gemellus — sánscrito, yamanas, gemelos. En dos palabras: 15 lechones.
3 El encargo de Meleagro al mosquito, fue así: —"Vuela por mí ¡oh mosquito!, leve mensajero, y murmura estas palabras en el oído de Zenófila: —"¡Én vela, él te espera, él te ama!". Si tú me traes a Zenófila, te regalaré, para que te vistas, una piel de león".
4 Ilíada XVI.
5 La mosca Drosophïla.
6 Además, la lombriz es nada menos que el símbolo de la carnada en un mundo donde al que no pica, lo ahogan.
7 Porque al final, el problema siempre está en los osos.
8 Fue el año del baile de Eduardo III en el que se le cayó la liga a la Condesa.
9 Guy de Chauliac, el médico más eminente de la época —lo fue de Clemente VI, a quien encerró, para protegerlo, en el castillo de Avignon—, decía que los enfermos contagiaban el mal sólo con la mirada.
10 Su primera plasmación literaria de alguna importancia fue la traducción de la Biblia hecha por John Wiclif (Lamben Gerber. "Historia de Inglaterra"). Y la poesía inglesa se inició en 1369 con Geoffrey Chaucer, que después de publicar "Book of the Duchess" y "The House of Fame", habría de producir, copiando de "Il Filostrato", de Bocaccio, su "Troilus and Cryseide", de la cual, naturalmente, copió Shakespeare su propia "Troilus and Cryseide". Pero a Chaucer le corresponde la gloria de haber creado al alcahuete Pándaro. No obstante figurar Pándaro en Hornero (Ilíada II, IV y V) , fué Chaucer quien, recreando al personaje, hizo que quedara, en inglés, la palabra "pander" para significar alcahuete.
11 Había tantas ratas en aquella época, que el caballero sir Richard Wittington —tres veces alcalde de Londres— se hizo rico con lo que sacó de la venia de un gato que tenía, (André Maurois, "Histoire d'Angleterre").

viernes, 17 de julio de 2009

Alex desbocado y Pepe llama a Casa

El 16 de julio de 2009, Viejex viejex@gmail.com> escribió:



Hola Princesa!

La casa nueva poquito a poco va teniendo forma de casa. Si todo va como hasta ahora, en un mes vas a tener de vuelta una habitación para vos y tus chiches, que por el momento están de a ratos en el baúl que te regalaron los abuelos y la mayor parte del tiempo desparramados en el resto de la casa.

Aunque para ser mas justo, lo cierto es que no estás desordenando tanto los chiches.

Tu pasatiempo por el momento es ver videos de canciones infantiles (fundamentalmente de Adriana) en la computadora y bailar con un CD que dejó Abril hace un par de semanas, cuando nos vinieron a visitar.

Otra cosa que te gusta mucho es el dibujo. Lo malo es que te gusta hacernos dibujar a mamá y a mi, que tenemos las habilidades artísticas de un dinosaurio: no creemos haberlas tenido, y si las tuvimos, sin dudas ya no existen.

A pesar de ello, ayer mientras cenábamos nos pediste que dibujemos.

A mi me pediste a Martin, la cebra de Madagascar (bueno, vos dijiste sólo Martin con acento en la "a", y sabemos que asi llamás a Martin de Madagascar) pero yo confundí a Martin con Alex, el León. Y dibujé esto, que aunque es una porqueria para cualquier dibujante, para mí es un logro



A mamá le pediste que dibuje al sapo Pepe. Y mamá dibujó esta mezcla del sapo Pepe y E.T.



Por ahi andan diciendo que Pepe no salta mas y se la pasa diciendo "Pepe, telefono, casa."
Tengo que acordarme de hacerte ver ET antes de que leas esta carta.

Te amo

Papá.

martes, 7 de julio de 2009

Zapateria barata y filosofia de goma

Desafortunadamente la vida moderna no nos deja tiempo para dedicarnos a la meditación trascendente y profunda, o quizás lo que no nos dá son estímulos.

Como sea, desde que me mudé convivo, medianera mediante, con una vecina que padece precisamente lo que uno siempre deseó. Esto es: que le sobra el tiempo para especular y divagar...y cómo lo hace!

Y digo padece porque está muy sola, y a todas luces reclama compañia que uno en la medida que puede trata de proporcionarle.

Pero de lo que quiero hablar es que la pobre vieja es una genia o está rematadamente loca. Como sabemos quienes frecuentamos el blog de Pablo que siempre recomiendo, no es sencillo distinguir a unos de otros.

Asi es que el domingo, subido a una escalera a unos 5 metros de altura para ver por donde bosta pasar un vulgar cable de teléfono, sostuve un largo monólogo con la vieja Titi.

Dije bien, era un monólogo: ella hablaba y yo escuchaba. De vez en cuando yo preguntaba un "como?" o un "qué?" para que la pobre pueda retomar el hilo, que a los dos minutos de desarrollo, mas que un hilo era una madeja de lana agarrada por 5 gatos cachorros. Y en celo.

Pero la vieja, hay que reconocerlo, tiene ingenio: en pocos minutos logró saltar del Opus Dei a las dinastias Ming, sin que ello sea obstáculo para hablar de los Hombres de Negro (mi viejo le prestó el libro Men in Black, el de la película de Will Smith y Tommy Lee Jones...que casualmente es mio) y de las pruebas de la presencia de los extraterrestres entre nosotros, para llegar, como ya supondrán ustedes, a discurrir sobre Aristóteles y Cristobal Colón.


Yo creo que el viejo y reputadísimo Zenón de Elea, a quien le debemos entre otras cosas el haber inventado las demostraciones por reducción al absurdo, hace algunos miles de años tenia pensamientos semejantes a los que hoy esgrime Titi. Lo penoso es que no se hayan conocido.

Sabe Dios con que pensamientos nos sorprenderían.

miércoles, 1 de julio de 2009

Pura Suerte

En esa especie de caldo primordial que resultó de la mudanza, me reencontré con viejas grabaciones de recitales de los redondos. Allá lejos en el tiempo, el indio Solari se desgañitaba en muchos de los recitales de la banda con estos versos en un tema que nunca se incluyó en los discos oficiales.

El tema se llama Pura Suerte:

Que un sueño acabó, ya te dijeron...
pero no que todos los sueñitos, no.
Arrugar no es ir al saladero.
Pero ¡ay! mi viejo... ¡ay! qué rabia da.

Yo no puedo librarme
a lo que te debo como ilusión.
¡Ay! Si pudiera como si fuera un chico
emborrachar el ritmo de un maldito rock...

Pero hay un par de ojos inclaudicables
que valió la pena alquilar para ver.
Imaginá los planes
que en mi mente están
tan sin dolor.

Esto ya...
... esto ya no es rock, mi amor: -es pura suerte-.


Encontré este video armado sobre un demo, en el que más claramente se oye la letra y como curiosidades, es la primera vez que oigo los últimos dos versos que en vivo no los cantaron ninguna de las varias veces que los ví y además es una versión sin saxo.

Hay varias versiones más, la mayoria (sino son todas) en vivo. A los que amen a esta banda como yo, les recomiendo buscarlos.




Pero me quede refunfuñando con la primera frase del tema. Que un sueño acabó ya me dijeron.

Cuantos sueños acabaron! Y cuantos sueñitos no!! Cuantas vidas se necesitarían para cumplirlos todos??

Le gustó? Lo siento. Quizás tenga mas suerte con otros artículos. Aunque lo más probable es que no.

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