Lara cumplió 20 meses el domingo. Como muchos los bebés de su edad, está haciendo progresos notables en su hablar. Aunque de vez en cuando -a falta de palabras castellanas que reflejen su pensamiento- emite algunos galimatías fonéticos incomprensibles, acompañados de gestos y entonaciones simplemente deliciosas.
El sábado pasado tuvimos el siguiente diálogo, ella en su habitación y yo en el living, a pocos metros (*):
Lara: apliupiclaplamente!
Yo: Qué, Lara?
Lara (enfáticamente): apliupiclaplamente!
Yo (tratando de seguirle la corriente): Ahhh. Y mucho? Era color rojo?
Lara (Silencio. Mirándome como diciendo: vos me estás tomando el pelo, salame?)
Yo (consumado salame y baboso): Sos hermosa!
Lara: Qué?
Yo; Que sos hermosa, mi amor!
Lara: Ah.
Se dio vuelta y siguió jugando. Es que yo también, la interrumpo con cada pavada!