jueves, 11 de diciembre de 2008

Convenciones

Aprendí que lo primero que se pone para condimentar una ensalada es la sal y el vinagre y que conviene revolver esta mezcla antes de agregar el aceite, porque al ser la sal soluble en el vinagre se logra una distribución mas homogénea. En cambio si se pega la sal al aceite, distribirla es mas difícil.

Aprendí que bajar la tapa del inodoro reduce la emanación de los malos olores que proceden del mismo.

Aprendí que es conveniente dejar bajar a los que salen del subte o el tren, para que después los que suben lo hagan mas rápido y cómodamente.

Y como estas, algunas otras convenciones más, de mayor o menor utilidad.

Algo que no domino bien aún es el arte de combinar la ropa. Será que para que yo aprenda algo, necesito ver la utilidad de eso, o al menos la conveniencia.

He recibido las más ácidas críticas sobre mi manera de vestir de parte de mi mujer, con la aseveración de que tal camisa "no va" con tal pantalón, que tal chomba "no combina" con tal o cual cinturón, que "como se me ocurría" ir en ojotas a un cumpleaños. Y eso que eran mis ojotas de salir!.

Pero a fuerza de repetición, voy enganchandole el yeite a eso de que cuando me pongo una malla de baño no "queda bien" ir de zapatos. Aunque la función que yo pretendo de esas prendas sea perfectamente satisfecha, esto es, la malla para que no se me vea el pirulín, y los zapatos para no pincharme los pies.

Pero lo indescifrable para mi es la pasmosa cantidad de distintos artículos de indumentaria femenina que existen y para qué sirve cada uno.

A ella le costaba entender que yo desconociera que es un capri. Que no sepa que un chal y una bufanda son cosas completamente diferentes. Un día trate de explicárselo así:
para mí la ropa se distingue del trapo por los botones.

Ese dia aprendí el significado de las palabras excomunión y hereje.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Padres de la Violencia

Lamento haber estado alli.

Aunque suelo despotricar contra los que miran para otro lado, contra los que todo lo esperan de otro, yo quisiera que el mocoso no hubiera estado corriendo en mi dirección.

Preferiría haberlo dejado ir con su miserable botín. Hoy me habría olvidado, y no estaría tan triste ni sentiría esta culpa.

Seguiría anestesiado, como casi todos lo estamos.

No tiene mas de siete años, y probablemente siga deambulando por Florida, atento él a la desatención de alguna vieja extranjera que ostente sus cadenas y pulseras doradas para arrebatarselas y después cambiarlas por monedas.

Pero tuvo la mala decisión de echarse a correr entre la gente después del arrebato, y tropezó a mis pies.

Sin esfuerzo lo tomé del brazo y le simplemente le dije al oído:

- Devolvélo.

Nada más habría pasado de no ser por la muchedumbre que se juntó, como buitres oliendo carroña, y un infeliz quiso demostrar que los argentinos no somos todos iguales.

-Pendejo! Por tu culpa a los argentinos nos miran mal en todos lados! Por tu culpa! Si te veo de nuevo por acá te mato!

Como si la "viveza" criolla, la corrupción de nuestros gobiernos y ciudadanos (Si, de nuestros ciudadanos también: o acaso los policias se coimean solos? O sólo los gabernantes afanan toallas en los hoteles en los que se alojan? O sólo los poderosos evaden impuestos?) fueran culpa de ese pibe.

Aún me estremezco recordando el terror que vi en los ojos de ese mocoso y me revuelvo incómodo en la silla.

Y sigo sintiendo la verguenza que me dió ese justiciero idiota, que seguramente no sea tan corajudo frente a un ratero de su tamaño.

Como se arregla esto? Yo no creo saberlo. Creo que deberíamos impedir que esos chicos sigan teniendo el ejemplo infame de que el robo es una forma de ganarse la vida. Que deberían estar en la escuela, que sus padres deberían ganarse decentemente la vida y que no deberían tener tantos hijos a los que no pueden darle lo indispensable para crecer con dignidad. Que no deberían estar tan expuestos a la droga. Y como estas cosas muchas otras que nadie discute. Lo que no sé es como hacer que como sociedad podamos crear estas condiciones.

Solo sé que aquellos que exponen sus soluciones comenzando con la remanida frase: "esto se arregla fácil, lo que hay que hacer es ..." mienten.

Y que el miedo y la mentira son los padres de la violencia.

Bienvenidos

Bienvenidos.

Al momento de escribir esta bienvenida, no sabía en que iba a derivar este blog, pero anhelaba que fuera mas o menos divertido.

Paradójicamente arranqué con dos artículos para llorar. No por lo malos, sino porque la temática de los dos eran dramas.

Hoy, un año después, creo que tras esos comienzos salió algo bastante decente (tengo una autocrítica notoriamente mas relajada que la de muchos blogueros conocidos, o tal vez menos pretenciones)

Pero varias entradas no me gustaban, por eso las repasé y borré unas cuantas que no me gustan ni siquiera un poquito. Quedan las que me gustan y las que todavía tolero.

Sepa que agradezco cuando usted, amigo lector, deja un comentario amable. Y que celebro cuando deja un comentario ocurrente. Mientras me dé el tiempo, prometo responderlos todos. Hasta hoy he cumplido salvo errores involuntarios.
 

Sean bienvenidos.



Y benevolentes.



El viejo

04 dic 2009

Le gustó? Lo siento. Quizás tenga mas suerte con otros artículos. Aunque lo más probable es que no.

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